Papá cuéntame otra vez
ese cuento tan bonito
de gendarmes y fascistas
y estudiantes con flequillo.
Y dulce guerrilla urbana
en pantalones de campana
y canciones de los Rolling
y niñas en minifalda.
Papá cuéntame otra vez
todo lo que os divertisteis
estropeando la vejez
a oxidados dictadores.
Y como cantaste al vent
y ocupasteis la Sorbona
en aquel mayo francés
en los días de vino y rosas.
Papá cuéntame otra vez
esa historia tan bonita
de aquel guerrillero loco
que mataron en Bolivia.
Y cuyo fusil ya nadie
se atrevió a tomar de nuevo
y como desde aquel día
todo parece más feo.
Papá cuéntame otra vez
que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto
y tanta sangre derramada.
Al final de la partida
no pudisteis hacer nada
y bajo los adoquines
no había arena de playa.
Fue muy dura la derrota
todo lo que se soñaba
se pudrió en los rincones
se cubrió de telarañas.
Y ya nadie canta al vent
ya no hay locos ya no hay parias
pero tiene que llover
aún sigue sucia la plaza.
Queda lejos aquel mayo
queda lejos Saint Denis
que lejos queda Jean Paul Sartre
muy lejos aquel París.
Sin embargo a veces pienso
que al final todo dio igual
las ostias siguen cayendo
sobre quien habla de más.
Y siguen los mismos muertos
podridos de crueldad.
Ahora mueren en Bosnia
los que morían en Vietnam,
ahora mueren en Bosnia
los que morían en Vietnam,
ahora mueren en Bosnia
los que morían en Vietnam.