Quien  dijo aquello de: "No hay mejor lotería que el trabajo y la economía, seguramente estaría en desacuerdo con la campaña publicitaria de la lotería de Navidad del año 2005, que comenzó en el mes de julio, entre medio de calores y fuegos de bosques, en lugar de los fríos y nevadas invernales.

La idea de que la publicidad lava el cerebro del consumidor o que come el coco del personal, es muy cierta: eso de repetir machaconamente una y otra vez que debes de comprar lotería, porque te va a tocar y vas a ser muy feliz, es algo que cala en la gente, pero lo que no llega tanto, es que los beneficios son para Hacienda, pues siempre gana y nunca pierde, sin necesitar que la suerte le acompañe.

Los juegos de azar, (no de azahar, como diría algún@ ministro@), alimentan las ilusiones de muchas personas, pero también crean muchos ilusos y lo que es peor, forman legiones de ludópatas, que posteriormente necesitan de psicólogos, psiquiatras y profesionales muy cualificados que curen su enfermedad. Con estas campañas tan exageradas de publicidad, después lamentaremos la cantidad de "nuevas enfermedades", como la llamada ludopatía. Hay otras campañas gubernamentales, como la del tabaco (contra este vicio al que nos aficionaron hace unos años), pero que es dañino y desemboca en tristes enfermedades que todos conocemos y que además causan enormes gastos en la Seguridad Social, apaarte de las lastimosas consecuencias. ¿Por qué lanzan esas macro-campañas publicitarias como la de la lotería navideña, que también creará enfermedades mentales?. La pasta es la pasta y como se quiere a toda costa, el caso es recaudar, por tanto se seguirán haciendo campañas publicitarias contradictorias (como las de adicciones mencionadas), que la gente gaste su poco dinero en lo que sea, pero mejor en lotería, que se recauda mucho más, y si la ludopatía crece, ya se arreglará con otra campaña contra el juego.

Sor Teo de la Natividad Julio 05

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