La
violencia no acaba de desaparecer de los estadios y el fútbol es el
deporte-espectáculo donde más se puede apreciar. Mis amigos y yo
dejamos de ir a los estadios cuando prohibieron la entrada a los mismos
con la bota de tintorro de toda la vida, era un placer saborear la
tortilla de patatas (no patadas) y los tragos de la bota que ofrecíamos y degustábamos con los
aficionados del equipo rival, pero ahora que no se puede entrar con
bota... se utilizan los zapatos y otras partes para dar coces como
auténticos mulos salvajes y en teoría descontrolados. El partido de
máxima rivalidad en Sevilla, en octubre 2002, nos dejó imágenes y
recuerdos para la vergüenza de todos los aficionados, amantes del
deporte y antiguos degustadores de la bota en los estadios y del buen
gusto en general. En el último mundial de fútbol de Japón, Korea
y escándalos arbitrales, se prohibió además de la bota, fumar. Hace
años pusieron en los estadios unas vallas muy altas y los espectadores
parecían monos enjaulados o fieras tras las rejas... todas las medidas
que se toman, no cabe duda de que con buena voluntad... no sirven para
erradicar la violencia de los estadios, en el fondo... todo esto que es
lamentable podría tener solución, pero nos tememos que no se quiere
arreglar, los violentos nunca fueron los de la tortilla y la bota de
vino, los clubes querían ultras y ahí los tienen, los
"papás" directivos sabrán lo que hacen. Ojo a los tiempos que vienen, que lo de Sevilla no es lo
último. |