Hace unos años que oí hablar de ti, bueno, más que oír hablar, te vi en algún programa de televisión, haciendo tus numeritos que desde luego no eran vulgares. Me llamó la atención tus trajes siempre negros (al estilo de Raphael o Alberto Cortez), eso siempre denota una cierta elegancia.

Todas tus actuaciones terminaban con la frase: "no le den más vueltas ... todo ha sido fruto de su imaginación", como excelente epílogo a una supuesta actuación magistral. 

En la retina virtual de mi cerebro, todavía guardo algunas imágenes de Copperfield (aunque más de la Claudia), también de Tamarit (el cachondo de las cartas, a quien asocio con el Sr. Barragán, el humorista) e incluso, por una agrupación de ideas, el gran Houdini (sólo a través de documentos), los asocio a tu imagen.

Ese recuerdo a los tele-predicadores, una especie de Godspell hispano... En los últimos tiempos (hablamos del año 2002, capicúa sin darle más importancia), aparecías en casi todos los programas de debate, dedicados a temas más o menos ocultos, adivinaciones, sanadores, curanderos, etc., y siempre dabas la "caña" correspondiente a toda esa gente que vive de las ilusiones de los demás.

Y es a partir de aquí, cuando creemos que se te "pegaron" los espíritus de los sanadores, curanderos, echadores de cartas y demás... ya que en diciembre, has llegado a pensar como ellos, que el resto de los que vivimos somos ilusos, gilipollas o que por muchos trucos que nos pongan nos tragamos todo.

¿Qué necesidad tenías de tanta tontería? - Resulta que un buen día, todos los medios (como si no hubiera otras noticias), comienzan a hablar de ti, diciendo que has escrito el número de la Lotería Nacional de Navidad, que lo sabías y por eso lo escribías con antelación en una libreta, lo colocabas en una urna y si ese número no salía ... te exiliabas de España (bueno te ibas de España), ya que para exiliarse hay que tener ideas comprometidas.

Te pasas una semana por todos los medios (prensa, radio, tv) explicando esa tontería de que conoces el número de la lotería,  que como eres muy bueno no lo vas a comprar, (no consideras razonable ni moral que te toque sólo a ti ese posible premio), pero que si no sale el número que "has escrito",  te vas de España.

Pena que los medios (quizá cansados de tanto chapapote y malas noticias), quisieran amortiguar un poco las cosas con tus ilusos comentarios.

Llega el día del sorteo y como estaba previsto, averiguas el número.... (la verdad es que pocos se sorprenden), ya que lo que haces es sacar de una urna sobre un pedestal (donde cabe perfectamente una persona de corta estatura)... lo que estaba escrito ... pero querido Antonio: ¿no sabes que en España hay gente que conoce tu escritura perfectamente?, los grafólogos guardan los escritos, los estudian y a veces ... como ahora los pueden comparar ... y ven con claridad meridiana que la letra que aparece con el número premiado ... no es la tuya. No hace falta analizar esta letra para descubrir que es de una persona de una estatura inferior a la tuya, a la que le han pagado para que escriba lo que se le diga mediante un móvil ese mismo día de la Lotería.

Después que criticabas a los "santeros", "sanadores", "milagreros" porque montaban sus numeritos para "sanar" a otros ... tienes que hacer una reflexión de que tu, con este numerito no sólo no has sanado a nadie, sino que ha sido una de las mayores tonterías del comienzo de siglo (y sólo llevamos dos años).

En una de las numerosas entrevistas que te hicieron antes del triste show, uno de tus "supportes", te llamaba "BLAQUE" (en español, en lugar de bleik"), no andaba descaminado el Sr. Herrera, ya que a partir de ahora serás Antonio el "Blaque" (no el bleik), y da gracias a que te sigamos nombrando.

Esta página, como verás no tiene connotaciones internacionales aunque la visitan de todos los países (al menos los que hablan nuestro idioma), se llama SALMOREJO (para que nos vean o nos visiten, no hace falta un nombre inglesojón como el tuyo), avisamos a todos los que hablan nuestro idioma (por si vas por sus países), que un "mentalista" (no confundir con fundamentalista),  llamado Antonio (o Anthony Blake), les dirá que "no hay que dar más vueltas a los problemas que tenemos, sean de injusticias, hambre, paro, etc., todo es fruto de nuestra imaginación".

Querido Blaque, o González Panizo, si tuvieras imaginación, ahora sí te deberías marchar al País de Blancanieves... (espero no te peguen los siete).