Una frase muy conocida
nos introduce en la leyenda: "Llueve más que cuando enterraron a bigotes" o
"...cuando enterraron a
Zafra".
Dice la leyenda que, un
caluroso día de verano, se acercó a la entrada del castillo una gitana
pidiendo agua para apagar su sed, parece ser que ese día el Señor de
Feria (tenía el mando en el castillo y en el Ducado) de amplios y
abundantes mostachos, no estaba de muy buen humor y la despidió de
mala manera, negándole la petición. Ante esta actitud la pedigüeña le dijo
una maldición: "Permita Dios que cuando mueras, el agua que me has negado
lleve tu cuerpo y no se encuentre jamás".
El Señor de Feria no
hizo mucho caso de estas palabras, pero sucedió que habiendo fallecido
éste, colocaron su cuerpo en un catafalco que situaron en el patio de armas
del castillo para rendirle los honores correspondientes, sobreviniendo a la
caída de la tarde un temporal de tanta fuerza que las aguas caídas
arrastraron el cuerpo del difunto perdiéndose su rastro.