a ella le gusta el Salmorejo, pero el café barato NO

 

EL CAFELITO DEL PRESIDENTE

oferta: café a 8o céntimos

                                        
     

 

No está mal eso de que el Presidente del Gobierno vaya a un programa de su TV para que le "hagan" todo tipo de preguntas. En la primera emisión de la serie, en marzo de 2007, al parecer una de las preguntas era si sabía el precio del socorrido cafelito o cafetito, ese que se toma para romper el hielo, para invitar al amigo, para departir un ratito con quien sea, o para hacer negocios como antaño se plasmaron en  algunos despachos oficiales de Sevilla..

     

 

El Presidente Rodríguez Zapatero indicó un precio de la época de la peseta, o sea de finales de 2001, antes de la entrada, atraco o asalto del euro en los hogares españoles.

     

  Hace años, el eslogan de una marca de cafés, se hizo popular: ¡vamos chicos, al tostadero!, .. cafés la Estrella, por su aroma se conocen .. ahora algunos políticos se conocen por no ir al tostadero, ni tener aroma alguno para transmitir a la denostada ciudadanía.
     

 

Voltaire dijo: "claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo", indudablemente el precio de los cafés que tomaba el parisino, no sería como el referido por el señor Presidente.  Por otra parte se atribuye a Voltaire también esta frase: "No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero lucharé hasta la muerte para que tenga el derecho de decirlo", lo cual me da pie para responder al Sr. Rodríguez Zapatero: No estoy de acuerdo con lo del precio del café que usted dice, porque es mentira, pero lucharé hasta la muerte para que pueda seguir buscando alguna cafetería donde pueda encontrar ese precio que usted dijo.

     
 

todavía nos consideran tontos, y eso que estamos en el siglo XXI

 

 

Canciones de café para que el Presidente las aprenda:

 

Cuando la tarde languidece
Renacen las sombras
Y en su quietud los cafetales
Parecen decir
Esa triste canción de amor
De la vieja molienda
Que en el letargo de la noche
Se deja sentir.

Yo te daré, te daré niña hermosa,
te daré una cosa,
una cosa que yo solo sé:
¡café!
Yo te daré, te daré niña hermosa,
te daré una cosa,
una cosa que yo solo sé:
¡café!

Ojalá que llueva café en el campo
que caiga un aguacero de yuca y té
del cielo una jarina de queso blanco
y al sur una montaña de berro y miel
oh, oh, oh-oh-oh,
ojalá que llueva café.

     
Revista del motor diesel
 

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María Rosa del Cafetal Descafeinado